THE LIGHT SQUAD STUDIO
60ESTUDIO
Hoteles de 5 estrellas con
iluminación de 2
Gisela Steiger, creative director
Probablemente muchos os hayáis preguntado en algún momento con qué criterios se
establece la categoría de un hotel. Cuáles son los parámetros que hacen que un establecimiento
tenga de 1 a 5 estrellas. Pues bien, os diremos que una buena iluminación
lamentablemente no es uno de ellos.
Actualmente cada país decide los requisitos que deben cumplir los
hoteles para asignar las estrellas, por eso existen tantas diferencias
de calidad entre un país y otro con hoteles de las misma categoría.
Los criterios básicos se centran en el tamaño de las habitaciones,
la limpieza y la disponibilidad de ciertos servicios (existencia de
ascensores, idiomas hablados por los empleados, cantidad de baños
privados, aparcamiento, salones, piscinas, spa…).
Sin embargo, muchos servicios no tan objetivos pero que hoy en
día deberíamos considerar básicos no están contemplados: ni la
simpatía del personal, ni la decoración, ni por supuesto la iluminación.
La experiencia del cliente no influye en la categoría de un
hotel pero sí lo hace en otros estándares como las estrellas Michelin
en la restauración.
El lujo hoy, es la experiencia completa. Por ello, los estándares
calificativos de estrellas han quedado completamente obsoletos.
El cliente busca llevarse un pedacito de su estancia en la memoria.
Busca el confort y el confort es sensorial, visual, perceptivo…
Todos nosotros, al acceder a un espacio, recibimos en milésimas de
segundo una serie de inputs que determinarán un juicio inmediato.
Decidiremos si nos gusta o no, si queremos permanecer en el espacio
o no. Da igual de qué espacio se trate, bien sea un hotel, una
tienda, un museo o cualquier otra tipología de proyecto. Emitiremos
un juicio. Decidiremos.
Cuando se trata de espacios por los que el cliente paga o en los
que el usuario debe verse incentivado a comprar, esta percepción
inicial se convierte en esencial a la hora de determinar el éxito o
el fracaso del proyecto. El usuario tiene que sentir que lo que va
a pagar por alojarse, o por adquirir un producto, le vale la pena.
La iluminación en un hotel se traduce literalmente en CONFORT,
por supuesto de la mano del equipo de arquitectura e interiorismo.
Nuestra meta como diseñadores de iluminación es provocar reacciones
en las personas: relax, sobriedad, lujo, sorpresa… generar
sensaciones.
¿Cuál es la clave para lograr el confort? Pues bien. La clave reside
en lograr que la iluminación no sea un añadido, que suele
ser el error más común de muchos proyectos. La luz debe formar
parte del espacio desde un inicio, desde la conceptualización del
espacio. Y debe estar desarrollada por un especialista: un técnico
formado especialmente en esta materia, que realice los planos,
los detalles constructivos, las especificaciones necesarias y lleve la
coordinación y gestión de la obra. Un especialista que proyecte la
iluminación en coordinación con el equipo técnico.