NOTARÍA ALTER EGO
40PROYECTO
La búsqueda del otro yo
Rocío Macho
Dos notarios que iniciaban una nueva etapa encargaron el proyecto para las oficinas
de Alter Ego, en Bruselas. Cuatro salas de firmas para notarios, oficinas diáfanas, zona
de recepción y sala de espera componen un espacio de trabajo acogedor y moderno,
que huye de la rigidez de las oficinas tradicionales.
Amplitud, luminosidad y confort son conceptos que vertebran el
proyecto de interiorismo de esta notaría, de la mano del estudio
HÖL Madrid, que ha creado un espacio lleno de contrastes que se
inspira en el concepto que le da su nombre, en latín: “el otro yo”.
Porque nuestro “otro yo” es todo lo que nos gustaría ser y no nos
atrevemos, lo opuesto, el contrapunto.
La interiorista María Rivero explica que “buscamos contrastes
entre materiales más fríos como el cemento, hormigón y vidrio;
con otros más cálidos como la madera. De la rectitud de las lamas
verticales más rígidas a las curvas presentes en mamparas y
mobiliario”. Y es que la curva es un recurso muy habitual en los
proyectos de HÖL porque “transmite paz y tranquilidad, así como
confort a las personas que habitan el espacio. Así que, tratándose
del diseño interior de una notaría, era esencial incorporarla para
lograr este propósito”. Uno de los elementos clave del mobiliario
son las estanterías. HÖL escogió el modelo Julia, de Momocca, con
un triple propósito: dividir el espacio de trabajo sin cerrarlo visualmente,
ayudar a la acústica y privacidad de esta zona, y albergar
un alto volumen de archivos y documentación.
Trabajar con la luz
La luz natural en las oficinas es una de las cuestiones más importantes
a tener en cuenta en el proyecto de interiorismo. “No
se puede tener un espacio de trabajo sin luz natural”, asegura la
interiorista. Así que la luz debía fluir junto a la comunicación, lo
cual se solucionó incorporando dos mamparas verticales transparentes
que atraviesan el espacio y lo envuelven. La luz no se corta
y continúa fluyendo; mientras que el trabajador sigue disfrutando
de su privacidad, pero sin estar aislado.
Por último, se deja un pasillo central donde se ubican los archivos
y los `booths´(cabinas) donde poder hacer llamadas. “Pero sigue
imperando la luz natural, que es primordial, sobre todo en una
ciudad como Bruselas, que tiende a ser gris”.
Declinación de colores
Los colores del proyecto se basan en la paleta de tonos del color
corporativo de Alter Ego.
“A partir de esa base hacemos una declinación de colores que
adaptamos al espacio”, explica María Rivero, “azules que inspiran
concentración y profesionalidad, colores neutros para favorecer la
concentración y mantener la imagen de lugar sobrio que la notaría
debía mostrar; y el verde de las plantas para incorporar la naturaleza
en la oficina y aportar calidad al aire”.
La unión de todo ello genera un clima ameno que evita la monotonía.
Otro de los factores más importantes de la oficina es su parte
más social, “y a través de un estudio sobre la luz, los colores y las
plantas, se pueden llegar a generar unas dinámicas mucho más
agradables”.