
RESTAURANTE RITMO FORMENTERA
36PROYECTO
Naturalmente, Formentera
Ana Valdés
Madera, barro, yute, terrazo, mimbre… Solo materiales naturales que respondan al
carácter sostenible de una de las más bellas islas del mundo. Es Ritmo Formentera,
un restaurante en San Ferran de Ses Roques que ha trasladado a su interiorismo, de
la mano de Destudio Arquitectura, el enclave privilegiado en el que se ubica.
Un edificio exento, de dos plantas, alberga el restaurante, situado
en el centro neurálgico de la isla, con una magnífica presencia
desde diferentes puntos de vista. Tal como explica Destudio, “el
proyecto de rehabilitación se centró en eliminar palimpsestos y
subrayar las arcadas de medio punto como elemento característico
del edificio”. Se habilitó además la cubierta en desuso,
integrando el inmueble en su entorno mediterráneo mediante el
revestimiento de cal de toda su envolvente.
No es el único material natural: “La paleta de materiales empleados
en el interior responde al carácter de la isla: solo se
permite el uso de materiales naturales y típicamente mediterráneos,
como el barro, la madera, el yute, el terrazo o el mimbre”.
Dan forma al pavimento, al techo, con paneles de mimbre que
cumplen además una función acústica, al amueblamiento y a la
decoración del local.
Arquitectura e interiorismo conectan con Formentera. Como explica
el mismo restaurante en su web: “Queremos transmitir la
esencia de la isla y conectar con ella en todos los detalles del
estilo arquitectónico e interiorismo llevado a cabo y que invitan
a una de las mejores experiencias en cualquiera de los tres ambientes
en los que se divide el restaurante”. Se trata de la terraza
en planta baja, elevada sobre el nivel de la calle; el interior del
local; y la planta superior.
Es allí donde se disfruta de las mejores puestas de sol. Destudio
ha instalado en la planta alta columpios de cuerda y madera, y
una gran pérgola, realizada con madera de castaño y eucalipto,
presente en muchas de las playas de la isla. “Con ella se tamiza
la entrada de sol y se refuerza la presencia mediterránea. La
decoración repite el leitmotiv natural en materiales y también en
colores: terracota, aguamar…”.
Y en los aseos, un gran lavamanos corrido a modo de abrevadero,
en terrazo, protagoniza la estancia, oculta tras una celosía de
barro, con espejos repitiendo en sus formas el juego de arcos de
medio punto de la arquitectura.
Ritmo Formentera configura un espacio de tonos térreos y arenas,
con madera y cuerda, piedra y cerámica, mimbre y yute componiendo
un lugar donde recrear los sentidos del Mediterráneo
balear.
Fotos: Luca Feller