--- APonencia de Eva Ballarin en el Congreso Hábitat 2020 en Valencia.
--- APresentation by Eva Ballarin at the Habitat Congress 2020 in Valencia.
Por Eva Ballarin
43 La interacción con lo que nos rodea crea nuestra realidad. Esta es la visión holística de la
experiencia a través del espacio, que ayuda a nuestro sector a convertir volúmenes espaciales en
experiencias memorables. Como si de una “caja de experiencias” se tratara, hoteles y restaurantes
cubren suelos, paredes y techos para albergar elementos que, a partir de la interacción,
nos generan sensaciones.
Asistimos a una interesante reflexión sobre los modelos de negocio hoteleros y hosteleros, en la
que mantenemos las prioridades de sostenibilidad, tecnología y personalización; pero en la que
los nuevos aforos, una nueva distribución de los flujos y la implementación de mayores garantías
de seguridad tienen también que encajar en el modelo de negocio económico.
Una reflexión fruto de un momento en el que también es necesario volver a seducir al consumo
enamorando con las sensaciones. Recuperar y consolidar la atracción hacia los negocios presenciales,
que pasa inevitablemente por generar una experiencia no replicable de manera doméstica,
por crear una atmósfera física y real con mayor poder de atracción. En definitiva, por inventar
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esos lugares en los que vivamos experiencias que no podamos generar en casa.
Mantener la distancia sin perder la proximidad
Una de las premisas principales del nuevo diseño de espacios `healthy friendly´ es la necesidad
de mantener la distancia de seguridad entre personas, tanto para cumplir con las normativas
vigentes como para transmitir esa sensación de espacio seguro y saludable. Pero, ¿cómo mantener
la distancia sin perder la proximidad? Reorganizando los espacios interiores, reconduciendo
los flujos y con mucho, mucho diseño, centrado en la `human experience´.
La reorganización de los flujos – lo que llamo el “efecto Ikea” – es una manera diferente de
organizar el espacio interior para minimizar aglomeraciones y reducir los puntos de interacción
entre personas. La necesidad de mantener la distancia física sin dañar el contacto personal
El envoltorio de cualquier experiencia –
presencial – es su espacio. Esa coincidencia
de imágenes, texturas, aromas, sabores y
sonidos que estimula nuestros sentidos.
El espacio como atmósfera sensorial que
permite la realidad, a través de las sensaciones.
Una luz cálida que acaricia la cubertería
con la que vamos a comer, el olor de
jazmines al atardecer en el patio de un hotel,
el tintineo del hielo en el vaso en una
coctelería, el mármol frío de la barra de un
bar.